domingo, 13 de diciembre de 2009


Y sin hablar, sólo al mirar, sabremos llegar a entender que jamás, ni nada ni nadie en la vida nos separará...

domingo, 11 de octubre de 2009

Alicia


-Alicia.

Se detuvo, pero no se dio la vuelta. Permaneció rígida frente a la puerta, de espaldas a él.
Pasaron unos segundos antes de que volviera a hablar.

- No te vayas... - su voz temblaba. Luchaba por traspasar esa Alicia artificial y colarse en la verdadera, aquella que se removía desde dentro pidiendo a gritos otra oportunidad. Pero ella no quería dejarla libre.

Lentamente, alargó el brazo y agarró con fuerza el picaporte.


- Por favor...

No era capaz de volverse para mirarlo a los ojos. Sabía que en el momento en que se encontraran con los suyos no sería capaz de salir de esa habitación.


- ...Alicia.

Dolía.
Quemaba.
Se estaba haciendo insoportable, tenía que salir de ahí. Pensarlo fríamente, lejos de él, que otra vez estaba a punto de derrumbar de un golpe todo lo que había estado construyendo con tanto esfuerzo durante su ausencia.


No podía permitírselo. No. De ninguna manera, era injusto. ¿Por qué siempre tenía que estropearlo? ¿Por qué podía manejar su vida? Cuando por fin todo iba bien, él venía y la descolocaba otra vez y la volvía del revés... siempre.
Y lo odiaba. Lo odiaba a muerte. Odiaba que existiera una persona con poder para conseguirlo. Odiaba tener un punto débil tan fuerte que ni siquiera fuera capaz de disimularlo. La hacía sentir frágil, manipulable, como una absurda marioneta.


- Lo siento...


"¿Cuántas veces lo has sentido? ¿Cuántas más lo vas a sentir?"

El odio y la ansiedad iban aumentando cada vez más. Le costaba respirar... y las lágrimas empezaban a acudir a sus ojos. Definitivamente, aun no estaba preparada para enfrentarlo. No era tan fuerte como pensaba. De hecho, tenía la sensación de que nada había cambiado. Y lo peor de todo, es que sabía que sus palabras eran sinceras. Que esta vez era diferente. Este pensamiento estuvo a punto de vencerla del todo. Pero no quería creerlo. No podía creerlo...


Entonces sintió que se acercaba a ella, y sin pensarlo, giró el picaporte, abrió la puerta y salió de la habitación sin mirar atrás.

Baj
ó rápidamente las escaleras y se dirigió a la puerta de la casa, ignorando las razones que la llevaban de vuelta al piso de arriba.

"Mente en blanco, mente en blanco, mente en blanco..."

En el portal se detuvo ante la gran puerta de acero.
Esa barrera física, real, suponía una interrogación más. Sabía que cuando saliera por esa puerta ya no habría vuelta atrás. No iba a volver.
Un escalofrío le recorrió el cuerpo.


Se sentó en el suelo, sujetando la cabeza entre sus manos, intentando pensar con claridad.
Realmente estaba haciendo lo que tanto coraje le daba ver en los demás: auto-convencerse, engañarse a sí misma. ¿De qué sirve la razón cuando el corazón sufre?
Pero tenía miedo. Eso es lo que la hacía huir. Mas que el rencor, más que el odio, más que el dolor... Era el miedo.

La única persona capaz de curarlo era la que lo había provocado.

Y estaba justo detrás de ella... esperando esa oportunidad, mientras la observaba con unos ojos que prometían nunca
más dejarla ir.

domingo, 20 de septiembre de 2009

And under red lights...



...I'll show myself it wasn't forged.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Bada ba bada ba da ba...


She lives in a fairy tale
Somewhere too far for us to find
Forgotten the taste and smell
Of the world that she's left behind

It's all about the exposure the lens I told her
The angles were all wrong now
She's ripping wings off of butterflies
With her feet on the ground
And her head in the clouds

Well go get your shovel
And we'll dig a deep hole to bury the castle, bury the castle

So one day he found her crying, coiled up on the dirty ground
Her prince finally came to save her, and the rest you can figure out

But it was a trick
And the clock struck 12...

Well make sure to build your house brick by boring brick or the wolves gonna blow it down

Well you built up a world of magic because your real life is tragic
Yeah you built up a world of magic

If it's not real
You can't see it with your eyes, you can't feel it with your heart
And I won't believe it
Cause if it's true
You can see it with your eyes, even in the dark
And that's where I want to be...


domingo, 30 de agosto de 2009

La esperaré para siempre


Aquel día parecía que los planetas se habían alineado para sacar de quicio a la chica de los ojos de caramelo.
Para colmo, tuvo que llevar a su hermano al dentista, que se alargó media hora más de lo previsto. Su padre los recogió tarde, y el tráfico colapsaba las calles del centro y sus alrededores, asi que optó por hacer el resto del camino a pie.
Afortunadamente, y a pesar de llegar casi con una hora de retraso, su amiga no estaba enfadada.

Caminaron hasta una heladería, donde se sentaron a tomar el helado de queso con fresas que tanto le gustaba.
Mientras conversaban sobre el chico de las dudas y la sonrisa tonta parecía que sus problemas se iban flotando, como globos de helio perdidos por el cielo.
Esta era la forma en la que ella se olvidaba del mundo.
Realmente su mundo era aquél, el de los globos. Esa era su realidad. Podía seguir esperando el tiempo que fuera, siempre y cuando no le faltaran esos momentos (acompañados de helado, preferiblemente de cheesecake).

Parecía que la tarde empezaba a suavizarse poco a poco.
Iban con tiempo de sobra, llegaron a la parada del autobús y éste se retrasaba demasiado, asique buscaron otra parada.
Aun así tardó 15 minutos más en llegar, y parecía imposible meter a más gente dentro, iba a reventar. Recordaba a los autobuses de Londres, donde la gente iba tan apretada que casi te veías obligado a sentarte encima del conductor.
Iban demasiado tarde, asique tuvieron que subir a esa lata de sardinas repleta de viejos verdes que se aprovechaban de la situación. Pero cuando llegaron al local aún no habían entrado porque faltaba gente, y estaban esperando en la puerta principal.

Entonces, volvió a pasar.
La chica de los ojos de caramelo se dio la vuelta y echó a correr calle arriba, en dirección a la panadería de la esquina.
La otra fue detrás, la alcanzó y le preguntó a dónde iba, recordándole que el concierto estaba a punto de empezar.
Pero ella se detuvo un instante, miró a su amiga, y siguió corriendo, aún más rápido.
Llegó a la panadería. Y entonces se detuvo.

- Sólo quería sentarme aquí un momento...

Fue entonces cuando los vio. Estaban enfrente, unos metros más delante, en una de las mesitas del bar. No la habían visto, todavía... pero ya era tarde para dar media vuelta. Cogió a su amiga de la mano, respiró intentando calmar los nervios, y siguió caminando hacia delante evitando mirar a los lados...
Intentó disimular con todas sus fuerzas, pero al pasar la vieron y la reconocieron enseguida. Escuchó su nombre... ya no había escapatoria.
Se acercó a ellos con una extraña sensación de dolor y felicidad al mismo tiempo.
Fuera de lugar...

Las palabras que lograban salir de su boca no tenían coherencia entre ellas, su mente ya no estaba allí, había viajado atrás en el tiempo. No sabía qué estaba diciendo ni de qué estaban hablando. Pero ella hablaba y hablaba, con una tímida sonrisa parecida a la del chico de las dudas...

Se sentía cómoda e insegura a la vez. Su corazón latía con fuerza mientras su mente intentaba luchar contra las ganas que tenía de seguir allí con ellos.
A la pequeña (ya no tan pequeña) le brillaban los ojos, mientras la contemplaba con admiración y melancolía.
La echaba de menos...
Se los habían arrebatado... Como todo lo demás.

Entonces se excusó diciendo que llevaban prisa, que habían quedado en recoger a otra amiga y llegaban tarde.
Se despidió con una sonrisa, pero en cuanto dobló la esquina se derrumbó y se echó a llorar.
Había sido un golpe bajo, inesperado.
Una situación fuera de lugar que en el pasado había sido exclusivamente su lugar.
No... ¿Dónde estaban las cuerdas?
Ella no era ella cuando salió corriendo sin razón aparente calle arriba. Perdió el control sobre sí misma en cuanto bajó del autobús.
Eso había sido cosa del tío de las marionetas, sin duda.
Y en el concierto pudo confirmarlo.


La esperaré para siempre...


domingo, 23 de agosto de 2009

domingo, 5 de julio de 2009

Summer mode ON


Ahora sólo queda perder el juego... digo... el miedo s1
Este verano me toca a mí.


domingo, 21 de junio de 2009

Fecha Caducada

Y así terminó... el domingo.



La verdad que enuncias no tiene pasado ni futuro, ES.
Y con eso basta.

domingo, 31 de mayo de 2009

[censurado]

¿Cómo volverse de hielo? - Capítulo 1


Hoy empieza mi verano. Un paréntesis de mínimo 4 meses.

Me parece que la luna se nos quedará pequeña... tendremos que considerar otras opciones. Aunque algo que está tan bien trabajado es difícil de romper, no te preocupes.

domingo, 24 de mayo de 2009

Because maybe...

You're gonna be the one that saves me.





domingo, 17 de mayo de 2009

domingo, 10 de mayo de 2009

Noche en blanco llena de colores...



Nunca puedes imaginarte que los mejores momentos están a la vuelta de la esquina, esperándote para abordarte por sorpresa...

Resultado:
Un momento mágico y una nueva dosis de ilusión.


* * * * *


"...y acercarme a la Maga que sonreía sin sorpresa, convencida como yo de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que la gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que aprieta desde abajo el tubo de dentífrico."

Rayuela.
Julio Cortázar.

domingo, 12 de abril de 2009

domingo, 29 de marzo de 2009

Engáñame a mí también

No estoy enamorada de tí,
pero te regalaría mi primera sonrisa del día
sólo por saber a qué sabrá tu piel...

Tu arte al arrastrar palabras donde te escondes.
Sólo por los silencios que dejas caer entre tus secretos,
me dejaría engañar cada noche de mi vida.
Me dejaría besar, me perdería en tu boca.

Sólo quiero saber qué es estar muy cerca de tí,
que tus dedos manejen mi espalda.
Haz que crees, yo fingiré también,
que aunque mañana nos diga que ya todo acabó,
repetiremos cada vez que nos crucemos de nuevo.

Engáñame a mí también,
pero tropiézate conmigo.
Engáñame a mí también,
pero rómpete conmigo.
Engáñame a mí también,
tengo envidia de sus celos.

Tus ojos contienen a tu alma,
que no se escape más;
ciérralos ya o engáñame a mí también.
Miénteme cuando no esté contigo.

Engáñame a mí también,
hazme un sitio en tu recuerdo.
Engáñame a mí también,
tengo envidia de sus celos.

Droga para tus sentidos

Muchos recuerdos y una promesa...

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domingo, 22 de marzo de 2009

2x1

Post- it

Domingo.

Sigo improvisando, en todos los sentidos. Es lo único que me salva de este caos.
Ya queda menos, no se cuánto... pero menos. Es curioso conocer el final de un libro y no saber en qué página está, te jode bastante la historia, pero lo que hay en medio no deja de ser interesante, incluso sorprendente. Hasta te hace dudar de cómo acabará realmente.

Lástima no poder contártela... dejaré que sigas pensando que llegaste a pasar todas las páginas.
Pero sólo te inventaste un final, y olvidaste el post-it casi al principio del libro.

domingo, 15 de marzo de 2009

4

Los días están contados, no hay más que temer...

domingo, 8 de marzo de 2009

28129

Había pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos, aunque aún era capaz de recordar cada detalle de aquel día.

Admito que mi inseguridad y yo estuvimos a punto de dar media vuelta. Sólo había sido un sueño, una estupidez… quizás debía esperar a tener las cosas más claras. Pero había algo que me decía que no me equivocaba, que ese sueño no fue casualidad, más que nada porque no creo en ellas. Era ahora o nunca.

No paraba de llover, pero ese día parecía no afectarme, es más, me gustaba, era reconfortante. La lluvia parecía limpiarme por dentro, me daba fuerzas.

Cuando quise darme cuenta ya estaba frente a la puerta. Respiré hondo. Pensé que aún podía marcharme… Pero no lo hice.

No fue él quien abrió. Estaba nerviosa, muy nerviosa, y se notaba. Apenas pude balbucear unas cuantas palabras desordenadas antes de entrar.

Llegué a la habitación. Segunda puerta, segunda duda. Entreabrí la puerta y me asomé con cuidado. Lo vi tumbado de espaldas, cubierto de mantas y un gran edredón, apenas se apreciaba su cabeza. Parecía estar dormido.

No me decidía a entrar. Eché un vistazo alrededor. Sobre el escritorio había un montón de fotografías, papeles arrugados y libros. Muchos libros. Pero me llamó la atención uno en especial, más pequeño de lo normal con la cubierta azul y las letras doradas. Sentí curiosidad…

- Puedes pasar...

Me estremecí al oír su voz. Sonó tan fría... Me quedé quieta, indefensa. Me entró miedo, y otra vez las dudas. Quise salir corriendo de ahí. Esto no era un sueño, era la vida real.

“¿Qué es lo que realmente deseas hacer? No lo reprimas. Olvida el miedo, olvida todo lo demás”.

Entonces avancé, dejé mi bufanda sobre la silla, me quité los zapatos, me metí en la cama y lo rodeé con mis brazos mientras me acurrucaba contra su cuerpo.
Él se giró y me abrazó con fuerza, como si llevara todo el tiempo esperando ese momento.

- Lo siento… - susurré.

Me abrazó aún más fuerte. Yo temblaba, no sé si del frío, de la fiebre, del miedo o de las lágrimas que intentaba contener inútilmente.

Pasó un largo rato hasta que dejé de temblar. Él no dejó de abrazarme ni un segundo.

- ¿Por qué...? - dije.

Se separó de mí un poco, lo justo para poder mirarme a la cara. Había algo extraño en sus ojos. Nunca los había visto brillar de esa manera… O quizás nunca antes me había dado cuenta.

- ¿Tienes miedo?

Me quedé pensado unos instantes… Algo había cambiado. Todo había cambiado.
Negué con la cabeza. Estaba segura.

- Me encanta ese brillo de tus ojos - me dijo - Siempre me ha gustado.
Sonrió.
Y de repente, lo entendí todo.

domingo, 1 de marzo de 2009

Tarde de domingo rara

Odio los domingos, todo el mundo lo sabe, la gente los domingos está gilipollas, y a mí me dan ganas de salir a dar patadas...
No sé qué tienen los domingos, pero me revolucionan, me da la vena de sinceridad, de agresividad, o de hiperactividad, me dejo llevar por impulsos de esos que nunca respondo, o me cabreo, cambio el chip, y te odio, te quiero, no te necesito, quiero estar contigo, no quiero hablarte, quiero que me hables, quiero mandarte a la mierda, quiero que me entiendas, no quiero que vuelvas, quiero que me dejes en paz, no quiero que me olvides, quiero olvidarte...

Qué locura, y ahora todo x2

Aquel día, fue un jueves, quizás si hubiese sido un domingo nos hubiera resultado más fácil...








Tarde de domingo rara... que el lunes quedará lejana...(8)